domingo, 21 de noviembre de 2010

Maleza

“Tienes el corazón lleno de maleza chico” – me decía ella en estas frías épocas del año. (La época del año lleva más de un año siendo un año frio) “Tus razones son equivocadas porque la pequeña selva que tienes en el corazón se está quemando, la maleza hace su trabajo y aviva mi imagen” - hice una pequeña pausa para encender un cigarrillo, hice unas cuantas pausas más para imaginar mi corazón tratando de ser apagado por el pequeño guardabosques. Excesos, pocas veces dije que había sido suficiente, pocas veces observe las llamas o las cenizas, o el pequeño infierno que imagine un poco mas tibio. Era noviembre, sentía como mis huesos se congelaban, como se destruían como hielo contra el suelo. Di vuelta atrás, la lluvia aun me consumía, grandes kamikazes se estrellaban en mi espalda, era extraño llevar sombrilla porque no creo en ellas. Había visto unos cuantos rayos de sol pero las hermosas nubes grises los ahogaron con su inmenso llanto. Como los primeros días de un eterno invierno, así fue su dolor reflejado en mí; lleno de una nostalgia ayudada por un paisaje que añoraba algo de calor. ¿Para que los rayos? ¿De qué me sirven en un día lluvioso? ¿Esperanza? ¿Cuántas estúpidas frases resumen tu vida? Decidí no visitarla porque sus lamentos no fueron suficientes al lado de una lluvia que apagó el ardiente bosque.