martes, 5 de julio de 2011
Nevera Portatil
Cuando me canse simplemente me tire al suelo, era cómodo sentir el frio que pasaba por mi espalda, era incomodo sin embargo saber que no lo provocaba el suelo sino ella. En los días azules aparecía como la niebla que adornaba las calles y el panorama. Creo que así serian las cosas si mis ojos contaran historias, ciudades nubladas por la miopía y el astigmatismo, y simples formas borrosas que parecen ser alguien del pasado pero son engaños al verse de cerca. A la 1:12 de la mañana de un pequeño sábado de noviembre el frio decidió atacarme de nuevo, sentí nauseas, sentí ese miedo que me describieron en alguna canción o algún poema. Alguien parecía haber tirado mi estomago a una nevera portátil en aquel campamento, al lado de mi estomago, algunas cervezas y su corazón, todos reposaron allí.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario