sábado, 21 de mayo de 2011

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No quiero cerrar los ojos porque significa ver una escena perdida de mi historia con ella. No quiero hablar sobre el tema porque buscarla no es la opción pero si el consejo general. No quiero recordar nada porque para ella soy un pedazo de hielo derretido, soy agua, soy lo que se va con la corriente alcantarilla abajo. Sí, claro que morí hace unos días, pero soy un zombie y los zombies podemos seguir respirando. No vivo, ni viviré más. Es más fácil respirar, pasar por el lado de los demás cabezas huecas, golpear uno que otro y tal vez entablar una pequeña conversación formal.
No quiero cerrar los ojos porque significaría tal vez un pequeño sueño, algo que tenga que ver con ella por supuesto, algo que me hundiría aun más. No quiero vivir, solo respirar porque hay demasiado en juego como para arriesgar mi última ficha, esta ficha la quiero dejar allí en esa mesa. Alguien viene, se lleva la ficha, me trae una botella. No quiero cerrar los ojos porque aunque estén a punto de caer, solo los necesito otros diez segundos, luego me los sacaré, luego los dejaré allí, junto al cenicero.
¿Qué mas esperas de mi? Soy un zombie, solo respiro, solo camino, solo paso inadvertido, solo bebo, solo fumo, solo reconozco algunas melodías automáticas que tengo en la rockola interna de mi cuarto de huéspedes al que llame alguna vez corazón.

jueves, 19 de mayo de 2011

Zombie

Wrong: Creo que un hombre puede fingir amor tan fácil como una mujer puede dejar de sentirlo. Es tan simple como ver su rostro y escuchar esa depresión en su voz.
Cajera: solo le pregunte si tenía tarjeta plata…
Nota: Me aleje tan rápido como pude de allí, 10:28 de la noche.
Cajera: los zombies están en el pasillo 4 junto a los implementos de aseo. (aun gritaba)

domingo, 8 de mayo de 2011

Mom

Imagine a mamá en sus primeros años contemplando algo que no podía ser lo mismo pero lo imitaba bastante bien. Era una especie de blanco con un tanto de gris; imagino que sintió frio y que la vista no era muy reconfortante al saber que debía recorrer el estrecho que se rodeaba de plantas inciertas. Desearía ser tan fuerte como lo es ella, debí ser un guerrero en otra vida porque en esta soy un puto cobarde. La música no ayuda, solo permanezco en esta posición, como una vieja ficha de ajedrez que se perdió del juego hace un tiempo. La analogía nunca fue mi fuerte, ni tampoco enfrentar el problema. Yo, como ficha de ajedrez gastada, dejo que poco a poco se derrita la pintura, que las etapas de trabajo que se invirtió en mi se desgasten y que todo se lo lleve la lluvia de 4:32 a.m. Conservo el silencio, la calma por fuera y el infierno por dentro. Los zapatos mojados, la camiseta pesa un poco, el cigarrillo aun no se acaba, el trago puede estar en la cantidad necesaria, nadie me busca, a nadie le importa, a todos les huyo, no enfrento consecuencias, me dejo llevar, se balancea un poco mi cuerpo como la vieja silla mecedora de mi abuela entre el olor a ron y las pesadas gotas que ahora caen. Decidí imaginar un mundo diferente para ella, uno en el que no existiera la música ni la presencia de esta torre gastada de ajedrez, de ese juego de ajedrez que termino hace mucho, el que decidí abandonar porque eso es lo que hago mejor. Imagine que otra persona tuvo las oportunidades de dar con una buena familia, con una mujer que se tragaba el miedo y luchaba contra obstáculos tan difíciles como la perdida y la pobreza; como lo ha de ser la miseria absoluta y una navidad con un par de medias como único regalo. Decidí existir en el mundo perfecto de mamá, en los cálidos domingos en un parque. Cambiaría las esquinas y los bordes del papel en que escribieron su historia, le daría un protagónico y unas cuantas oportunidades. Bajo la lluvia todo es posible, deje que me negaran la vida o que simplemente no fuese mi tiempo aun. La imagine como una escritora famosa en parís y recordé que siempre me cautivaron sus historias acerca de una vida tormentosa, una vida de mierda llena de problemas y de envidias, de brujas reales, de duendes que se escondían en la oscuridad mientras tiraban la típica piedra para hacer caer. Recordé que siempre que me contaba esas historias se le escapaban sonrisas y esa pasión para contarlas me parece única, aun conservo esas historias solamente para mí. La imagine a bordo de un tren recorriendo Europa, haciendo escalas para tomar un café, dejando que su imaginación se alimentara de nuevas diapositivas, de extraños bosques que no dejan detalle al azar, de personas que suben y bajan en cada parada, del vagón solitario, del tipo que pregunta si quiere algo del carro de postres; lejos de aquí. La vi disfrutando de un amanecer o de una noche que parecía sonreírle o fingir que sonreía, porque en todos lados hay hipocresía y hasta donde sé también se filtra. La sala de espera esta casi vacía a las 2:48 a.m. solo el tipo de las patillas mal cortadas y la mujer de sombrero rojo leen revistas. Afuera llueve, alguien debe estar pasando esta madrugada como la peor de su vida. Mamá disfruta de un café y observa detalles en la pared. Si la próxima etapa estuviese planeada no tendría gracia, debe ser de la nada y del todo, estar en un noviembre, en ese mes que no es necesario poner lucecitas pero sin embargo lo hacen. Busco un trago mas, enciendo otro cigarrillo y espero que mamá duerma tranquila y que pueda imaginar esa vida sin la sombra que mira detalles bajo la lluvia de 4:33 a.m.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Amigos

En la máquina del tiempo viaje pero no pude recuperar nada, todo me pasaba por el lado, me sentía como un ridículo fantasma de experiencia paranormal típica. Esta canción me recordó las rosas que odio, la lluvia que me atrajo y los escasos besos que sentí antes de la estocada final (odio las analogías taurinas y deportivas)
Imagine en ese dialogo con la botella la posible respuesta a la pregunta:” ¿qué sería de esta vida sin estupideces deportivas?” Luego el drástico cambio de tema: “¿y si no estás roto en este momento, cuando lo estás?” Después la callé un rato con unos cuantos sorbos que me recibieron en el recuerdo número tres, el más doloroso, el de la huida, el que se impregno como su olor en mi, el que me deja tirado cada noche como la pastillita de goma de mascar en el pavimento. Aplastado pero aun corriendo fui hacia la oscuridad, dedique mi tiempo y mi dinero a otros amigos que no me fallan, otros que aunque pueden hacerme daño, lo hacen de forma lenta, las botellas son mis amigos ahora, reemplazaron a mi hermano, a mi mejor amigo y ahora reemplazan el recuerdo número tres, el que más duele pero que es la excusa perfecta para comprar otro amigo.

martes, 3 de mayo de 2011

Belly

Me despedí como normalmente lo hago, me despedí de beso, de apretón de manos, de abrazo. Sin ganas continúe una carrera que sabía que iba a perder, sin ganas, sin ganas:
“Lloras como si hubiesen pequeños lagos alrededor de hermosos bosques, estos, adornados de lucecitas que supongo son fogatas o luciérnagas, así son tus ojos; llenos de detalles los calqué en mi alma, en la pared principal del cuarto principal de mi cabeza. Lloras como si no existiera posibilidad para un mañana porque sabes que es como morir y volver a nacer y morir y nacer. Como en otra época no pudiste llorar lo haces ahora a mi lado; porque allá nunca hubo una situación cómoda para hacerlo, porque es ahora o nunca, porque los clichés pueden crear falsos prototipos, pero tus lágrimas crean únicas formas de ver las miserables cosas que nos rodean”.