En la máquina del tiempo viaje pero no pude recuperar nada, todo me pasaba por el lado, me sentía como un ridículo fantasma de experiencia paranormal típica. Esta canción me recordó las rosas que odio, la lluvia que me atrajo y los escasos besos que sentí antes de la estocada final (odio las analogías taurinas y deportivas)
Imagine en ese dialogo con la botella la posible respuesta a la pregunta:” ¿qué sería de esta vida sin estupideces deportivas?” Luego el drástico cambio de tema: “¿y si no estás roto en este momento, cuando lo estás?” Después la callé un rato con unos cuantos sorbos que me recibieron en el recuerdo número tres, el más doloroso, el de la huida, el que se impregno como su olor en mi, el que me deja tirado cada noche como la pastillita de goma de mascar en el pavimento. Aplastado pero aun corriendo fui hacia la oscuridad, dedique mi tiempo y mi dinero a otros amigos que no me fallan, otros que aunque pueden hacerme daño, lo hacen de forma lenta, las botellas son mis amigos ahora, reemplazaron a mi hermano, a mi mejor amigo y ahora reemplazan el recuerdo número tres, el que más duele pero que es la excusa perfecta para comprar otro amigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario