jueves, 17 de noviembre de 2011

Terremoto

La salida de emergencia se encontraba al lado de la máquina expendedora de cigarrillos. No reconocía muy bien las formas porque el humo era espeso y mi sobriedad se había ido al carajo. Por esta calle intente caminar, divague un poco, solo un poco. Me di el clásico golpe contra uno de esos asquerosos aportes de la administración local. A mí la fiebre no me afectaba pero el dolor de sentir mis neuronas muriendo una a una era insoportable. Siento que doy vueltas y tumbos, que me levanto a ratos para golpear mas fuerte el suelo y causarle una tragedia a mis neuronas. Pequeños terremotos acaban con las paredes de lo que algún día fue su casa, su hogar, su cine, su libro favorito, su sitio predilecto, su silla estática que tenía vista al mar. Estoy sentado porque la comodidad de mi mente en desorden no la posee la mejor silla de descanso. Sentí la ultima replica de su nombre haciendo entrar en pánico a las paredes de mi corazón, sentí los latidos de un cuarto que se desmorona y de un recuerdo que sobresale en medio de cada noche. Todo se resume a mis manos, es un resumen corto, falto de lógica, conóceme por mis manos, si tiemblan, es mejor que te alejes. No es el frio, son las pequeñas placas que aun resisten el cambio de un acabado cuerpo que camina. 7.5

martes, 4 de octubre de 2011

Mugrosos Hippies

“Sí no puedes limpiar el jodido jardín, mejor no vuelvas, payaso” Decía con aquel cinismo mientras servía otra ronda a sus jodidos amigos. Era noche de ron blanco, lo detesto por la asociación que hice entre los simios entrenados en la sala los miércoles en la noche y el olor a droga de hippie. La sala se invadía de historias sobre viajes con yahé, encuentros sexuales en algún pueblo mugroso y ridículos proyectos sobre la fabricación de mochilas y manillas, que obviamente debían ser una mierda. Era un espacio que en esencia solía oler a cigarrillo y tal vez se mezclaba con su esencia, la cual asumo que se repartía por el aire al salir de la ducha. No estoy seguro en qué momento quise imaginar a estos hippies, estos pseudo intelectuales, estos pedazos de tela psicodélica emanante de aromas a transporte público (es decir a excremento y aromatizador en forma de Pino) intentando atacarme como si fuesen descompuestos arreglos florales disfrazados de zombies. Estoy seguro que en cuanto llegó ese pensamiento, tuve que sacar mi artefacto mata-hippies y comenzar la masacre. Veía sus cabezas derramando flores al volar por el espacio reducido de la sala al ritmo de alguna canción de The haunted o In flames.

“Sí no sacas la basura mejor no vuelvas, payaso” me dijo ella al verme elevado sentado en el sofá. “con gusto la sacaré, déjame empacarla primero” dije yo saboreando los limites de mi imaginación.

miércoles, 24 de agosto de 2011

Frame

Ella se estancó en los frames que adornan mi cabeza, como pequeños cuadros con vida propia. A diferencia de mí, los frames corren rápido y la hacen ver como si aun estuviese allí. Debían ser las 2:17 de la tarde porque el sol se dirigía directo a la pantalla de la tele y sus ojos aun destellaban ese hermoso tono café oscuro. Eran esos pequeños rayos los que traspasaban mi mente, alrededor de las cortinas, a través de las quemaduras producidas por el cigarrillo de la visita. Estoy sentado porque mis ambiciones son cortas, escasas de futuro, de espectro amplio, de zoom si lo quieren poner en términos audiovisuales. Hay proyección en esta sala, quise cancelar la jodida exhibición, pero es privada, así que no hay cerdos que valgan. “señor podría ser tan amable de remover el sombrero de su cabeza, no me deja ver”

jueves, 28 de julio de 2011

Odio

A mí no me jode el odio porque es el hermano sincero del amor. El amor es tan hipócrita que se esconde cuando echa el vainazo y culpa al hermano. No hay sinceridad en esa relación, todos se dejan manipular excepto el odio, el odio simplemente es odio y ya. El amor se disfraza de cariño, de dulzura, de comprensión, de aprecio, de lastima, de amistad, tantos años y todavía busca su identidad (parece bipolar el perro ese). Le gusta jugar al malparido ese. El amor le pudo decir alguna vez al odio que se hiciera pasar por él, que podía divertirse un poco, pero la reputación del odio no es para todos. A mí me jode cuando dicen amor y alguien está pensando más allá, porque es una palabra que se toma a la ligera, como decir hijo de puta, como responder cada insulto con el clásico: Su madre.

viernes, 15 de julio de 2011

Principio

A mí me cayó la roya cuando volví a tomar café, me dieron las cinco y todo estaba caído en pedazos tan pequeños que me dio pereza una vez más recogerlos. No tenía dolor en el alma porque si alguna vez tuve alma, ella también me abandonó. Eran un grupo de peligrosos entes hambrientos que vieron el escaso cadáver que llevaba en mí ser y decidieron largarse. Ella, mi imaginación y mi alma, en ese orden específico se fueron por esta puerta roja. Primero fue ella porque hay que admitir la derrota y cuando no puedes salvar a alguien es mejor salvarte a ti mismo, por eso se fue. Segundo fue mi imaginación que como la interesada perra que es, se fue tras Ella. Para mi imaginación Ella era un vicio, dejaba los mejores trazos de sus dibujos para pintarla en hermosos paisajes grises, era obvio que se largara cuando ella lo hizo. La tercera en irse fue mi Alma, no lo vi venir la verdad, creí que era como aquellos perritos de taxi que mueven la cabeza, se que un ladrón al menos respetaría eso y no se lo llevaría. Las tres deben dedicarse a hablar de cosas varias, si el tema surge (el tema siendo yo) todas pueden sonreír. A mí me cayó la roya cuando el humo del cigarrillo no fue suficiente para nublar los pensamientos de los estúpidos mosquitos a mí alrededor. Ya no son mías porque Ella se las llevo, no tengo dinero para el taxi, ni ganas de caminar desde el lugar donde todo quedo tirado. No tengo monedas para llamar, ni el numero de alguien grabado en la cabeza. No son ni las 8 de la noche.

martes, 5 de julio de 2011

Nevera Portatil

Cuando me canse simplemente me tire al suelo, era cómodo sentir el frio que pasaba por mi espalda, era incomodo sin embargo saber que no lo provocaba el suelo sino ella. En los días azules aparecía como la niebla que adornaba las calles y el panorama. Creo que así serian las cosas si mis ojos contaran historias, ciudades nubladas por la miopía y el astigmatismo, y simples formas borrosas que parecen ser alguien del pasado pero son engaños al verse de cerca. A la 1:12 de la mañana de un pequeño sábado de noviembre el frio decidió atacarme de nuevo, sentí nauseas, sentí ese miedo que me describieron en alguna canción o algún poema. Alguien parecía haber tirado mi estomago a una nevera portátil en aquel campamento, al lado de mi estomago, algunas cervezas y su corazón, todos reposaron allí.

miércoles, 15 de junio de 2011

Espejo

Al sentir su dolor trate de tragármelo, de que fuese el mío, que se alejara de ella y que me acabara con toda a mí. Estaba acostumbrado a la decepción, ella no, ella era como un espejo roto tirado en el piso, sus pedazos me reflejaban mientras los trataba de recoger. No me gustaba verme reflejado en ella porque significaba fracaso, ¿si yo estaba en el fondo que significaba esto para ella? Ella se marchó porque imagino un escenario mejor, sin tantos colores fríos, con menos tristeza, con más arcoíris pero sin duende al final. Sé que le asustan los duendes y los payasos, tal vez las palabras y los compromisos. Le asusta el fracaso tanto como a mí, yo lo tolero más porque he convivido con él. Suenan algunas palabras y frases en la rockola, no siento la música porque debe ser una relación ambivalente, desearía que cuando ella se largue la deje de sentir.

martes, 14 de junio de 2011

¿y tu de que te ríes?

Hoy era el día perfecto para decirle que escapara conmigo, mi voz simplemente se congelo en la ironía que persigue este clima caliente. El sol daba lo mejor de sí, parecía desquitarse con la calle, con las casas y con las personas. “La malparidez” como la llamaba mi tía se convertía en el lenguaje oral de los transeúntes. ¿Imaginas esos pequeños cerebros intentando entender por qué hace una semana no paraba de llover y ahora solo añoran unas gotas de lluvia? Sé que no lo haces, nada pierdo con intentar. La siguiente pregunta fue para mí, no la conteste porque me parece estúpido que digan: que calor ¿No? He estado cansado, aburrido ante todo, es solo eso, aburrimiento, ese sol debería atacar cuando no debes salir a la calle, cuando el bus no está lleno o cuando simplemente tienes una piscina al frente. A veces es un alivio ver sus rayos, me gusta cuando se reflejan en sus ojos, aunque prefiero la sombra y la lluvia, sus ojos con la cantidad adecuada de luz solar no los cambio por nada.

sábado, 21 de mayo de 2011

Inicio Zombie

No quiero cerrar los ojos porque significa ver una escena perdida de mi historia con ella. No quiero hablar sobre el tema porque buscarla no es la opción pero si el consejo general. No quiero recordar nada porque para ella soy un pedazo de hielo derretido, soy agua, soy lo que se va con la corriente alcantarilla abajo. Sí, claro que morí hace unos días, pero soy un zombie y los zombies podemos seguir respirando. No vivo, ni viviré más. Es más fácil respirar, pasar por el lado de los demás cabezas huecas, golpear uno que otro y tal vez entablar una pequeña conversación formal.
No quiero cerrar los ojos porque significaría tal vez un pequeño sueño, algo que tenga que ver con ella por supuesto, algo que me hundiría aun más. No quiero vivir, solo respirar porque hay demasiado en juego como para arriesgar mi última ficha, esta ficha la quiero dejar allí en esa mesa. Alguien viene, se lleva la ficha, me trae una botella. No quiero cerrar los ojos porque aunque estén a punto de caer, solo los necesito otros diez segundos, luego me los sacaré, luego los dejaré allí, junto al cenicero.
¿Qué mas esperas de mi? Soy un zombie, solo respiro, solo camino, solo paso inadvertido, solo bebo, solo fumo, solo reconozco algunas melodías automáticas que tengo en la rockola interna de mi cuarto de huéspedes al que llame alguna vez corazón.

jueves, 19 de mayo de 2011

Zombie

Wrong: Creo que un hombre puede fingir amor tan fácil como una mujer puede dejar de sentirlo. Es tan simple como ver su rostro y escuchar esa depresión en su voz.
Cajera: solo le pregunte si tenía tarjeta plata…
Nota: Me aleje tan rápido como pude de allí, 10:28 de la noche.
Cajera: los zombies están en el pasillo 4 junto a los implementos de aseo. (aun gritaba)

domingo, 8 de mayo de 2011

Mom

Imagine a mamá en sus primeros años contemplando algo que no podía ser lo mismo pero lo imitaba bastante bien. Era una especie de blanco con un tanto de gris; imagino que sintió frio y que la vista no era muy reconfortante al saber que debía recorrer el estrecho que se rodeaba de plantas inciertas. Desearía ser tan fuerte como lo es ella, debí ser un guerrero en otra vida porque en esta soy un puto cobarde. La música no ayuda, solo permanezco en esta posición, como una vieja ficha de ajedrez que se perdió del juego hace un tiempo. La analogía nunca fue mi fuerte, ni tampoco enfrentar el problema. Yo, como ficha de ajedrez gastada, dejo que poco a poco se derrita la pintura, que las etapas de trabajo que se invirtió en mi se desgasten y que todo se lo lleve la lluvia de 4:32 a.m. Conservo el silencio, la calma por fuera y el infierno por dentro. Los zapatos mojados, la camiseta pesa un poco, el cigarrillo aun no se acaba, el trago puede estar en la cantidad necesaria, nadie me busca, a nadie le importa, a todos les huyo, no enfrento consecuencias, me dejo llevar, se balancea un poco mi cuerpo como la vieja silla mecedora de mi abuela entre el olor a ron y las pesadas gotas que ahora caen. Decidí imaginar un mundo diferente para ella, uno en el que no existiera la música ni la presencia de esta torre gastada de ajedrez, de ese juego de ajedrez que termino hace mucho, el que decidí abandonar porque eso es lo que hago mejor. Imagine que otra persona tuvo las oportunidades de dar con una buena familia, con una mujer que se tragaba el miedo y luchaba contra obstáculos tan difíciles como la perdida y la pobreza; como lo ha de ser la miseria absoluta y una navidad con un par de medias como único regalo. Decidí existir en el mundo perfecto de mamá, en los cálidos domingos en un parque. Cambiaría las esquinas y los bordes del papel en que escribieron su historia, le daría un protagónico y unas cuantas oportunidades. Bajo la lluvia todo es posible, deje que me negaran la vida o que simplemente no fuese mi tiempo aun. La imagine como una escritora famosa en parís y recordé que siempre me cautivaron sus historias acerca de una vida tormentosa, una vida de mierda llena de problemas y de envidias, de brujas reales, de duendes que se escondían en la oscuridad mientras tiraban la típica piedra para hacer caer. Recordé que siempre que me contaba esas historias se le escapaban sonrisas y esa pasión para contarlas me parece única, aun conservo esas historias solamente para mí. La imagine a bordo de un tren recorriendo Europa, haciendo escalas para tomar un café, dejando que su imaginación se alimentara de nuevas diapositivas, de extraños bosques que no dejan detalle al azar, de personas que suben y bajan en cada parada, del vagón solitario, del tipo que pregunta si quiere algo del carro de postres; lejos de aquí. La vi disfrutando de un amanecer o de una noche que parecía sonreírle o fingir que sonreía, porque en todos lados hay hipocresía y hasta donde sé también se filtra. La sala de espera esta casi vacía a las 2:48 a.m. solo el tipo de las patillas mal cortadas y la mujer de sombrero rojo leen revistas. Afuera llueve, alguien debe estar pasando esta madrugada como la peor de su vida. Mamá disfruta de un café y observa detalles en la pared. Si la próxima etapa estuviese planeada no tendría gracia, debe ser de la nada y del todo, estar en un noviembre, en ese mes que no es necesario poner lucecitas pero sin embargo lo hacen. Busco un trago mas, enciendo otro cigarrillo y espero que mamá duerma tranquila y que pueda imaginar esa vida sin la sombra que mira detalles bajo la lluvia de 4:33 a.m.

miércoles, 4 de mayo de 2011

Amigos

En la máquina del tiempo viaje pero no pude recuperar nada, todo me pasaba por el lado, me sentía como un ridículo fantasma de experiencia paranormal típica. Esta canción me recordó las rosas que odio, la lluvia que me atrajo y los escasos besos que sentí antes de la estocada final (odio las analogías taurinas y deportivas)
Imagine en ese dialogo con la botella la posible respuesta a la pregunta:” ¿qué sería de esta vida sin estupideces deportivas?” Luego el drástico cambio de tema: “¿y si no estás roto en este momento, cuando lo estás?” Después la callé un rato con unos cuantos sorbos que me recibieron en el recuerdo número tres, el más doloroso, el de la huida, el que se impregno como su olor en mi, el que me deja tirado cada noche como la pastillita de goma de mascar en el pavimento. Aplastado pero aun corriendo fui hacia la oscuridad, dedique mi tiempo y mi dinero a otros amigos que no me fallan, otros que aunque pueden hacerme daño, lo hacen de forma lenta, las botellas son mis amigos ahora, reemplazaron a mi hermano, a mi mejor amigo y ahora reemplazan el recuerdo número tres, el que más duele pero que es la excusa perfecta para comprar otro amigo.

martes, 3 de mayo de 2011

Belly

Me despedí como normalmente lo hago, me despedí de beso, de apretón de manos, de abrazo. Sin ganas continúe una carrera que sabía que iba a perder, sin ganas, sin ganas:
“Lloras como si hubiesen pequeños lagos alrededor de hermosos bosques, estos, adornados de lucecitas que supongo son fogatas o luciérnagas, así son tus ojos; llenos de detalles los calqué en mi alma, en la pared principal del cuarto principal de mi cabeza. Lloras como si no existiera posibilidad para un mañana porque sabes que es como morir y volver a nacer y morir y nacer. Como en otra época no pudiste llorar lo haces ahora a mi lado; porque allá nunca hubo una situación cómoda para hacerlo, porque es ahora o nunca, porque los clichés pueden crear falsos prototipos, pero tus lágrimas crean únicas formas de ver las miserables cosas que nos rodean”.

jueves, 28 de abril de 2011

Domingo

A mí lo que me aburre es que busque en mí las respuestas que nunca tendré. Me aburre saber que me cree culpable indirecto de una situación determinada por unos jodidos hippies que creen en una revolución sin sangre. A mí lo que me aburre es ver en sus ojos esa decepción cada vez que le digo que debo irme, me aburre saber que me cree perfecto cuando solo soy una basurita en el ojo del huracán. A mí me aburren los días tan cálidos, los días con sol y la gente en sandalias mostrando sus asquerosos pies. A mí me aburre saber que no todo es igual y que algunos aun están vivos. Las tardes como hoy me parecen patéticas y definitivamente la gente que me rodea me aburre. Me aburre la conversación, el hecho de no pasar el trago de forma rápida y el olor de sus asquerosos cigarrillos, parece que se bañaran en ceniza rendida con agua. A mí lo que me aburre es verme al espejo y no encontrar algo diferente, solo ese mismo rostro cansado. A mí me aburre ver las nubes para buscar figuras, tirarme en el pasto porque pica como un putas y desayunar porque así como la gente, me aumenta la gastritis. A mí me aburre saber que en unas horas estaré dando vueltas en la cama tratando de dormir. A mí me aburre saber que el televisor está ahí y que no tiene nada para ofrecerme. Las sonrisas falsas me aburren y por eso la mía solo la muestro cuando veo a mi abuela. A mí me puede aburrir la gente, pero estoy tan solo que no me alcanza para la próxima botella, así que me aguanto el vainazo.
Dos días transcurrieron desde que aleje la posibilidad de volverla a ver, dos días me dejaron caer sus estructuras como migas de pan. Dos días estuve despierto, dos días dormí, dos días bastaron para encontrar en mi corazón el pedazo de hielo que la representa a ella. Dos días pasaron, los siguientes me joden porque obviamente los domingos y los lunes me aburren.

martes, 12 de abril de 2011

Pagina 139

En un momento me decidí por la fría brisa de su aliento, era demasiado tarde para convocar a una reunión, era el momento preciso para decir adiós desde un tren marcha. Con dos días de anticipación vi el futuro, me vi sumergido en pasos sin rumbo, vi su expresión llena de lágrimas que tristemente reflejaban su corazón, directo hacia mí. Porque es durante la época de invierno que mejor escucho, porque es allí donde en realidad deberían darme consejos, porque el invierno me sienta, me hace ver bien, me esconde de los idiotas que caminan en verano orgullosos de sus ridículas camisas hawaianas, de sus estúpidas gafas de sol y de sus cócteles caros e insípidos. Dormí hasta donde pude pero el verano no pasaba, solo se quedaba allí estancado como esas lágrimas que no se dejan caer de las paredes de mi gastado corazón. Pude establecerme en otro lugar, pero tenía que ser este. Ayer el día fue más lento, mis oraciones poco vagas y la calle soltaba menos olor a gente. Eran las 4 de la tarde y el sol se oculto por una hermosa nube de lluvia. Me gusta el color de esa nube, imagino que de ellas está rodeado el centro de mi corazón. Allí no hay ninguna luz para guiarse más que los rayos que iluminan todo cuando hay tormenta eléctrica. Dormí otros dos días y no avance absolutamente nada. Cuando desperté estaba solo, así que nada había cambiado, cuando desperté la grabadora aun me dejaba escuchar dulces notas que se aferraban a mi tráquea, así que nada había cambiado. Dormir se convirtió en mi última opción, soñar en la desafortunada e inevitable primera.

jueves, 7 de abril de 2011

07/04/2011

Era de noche, solo recuerdo que era de noche. Claro, ¿el color de sus ojos? ¿Mi voz quebrándose? ¿Su sonrisa llena de nostalgia? ¿Los claros tonos de sus palabras? Claro, eso también lo recuerdo. Y la lluvia aun me dejaba por el piso. ¿Y el dolor? El dolor aun existía porque en estos diálogos solo puedo perder, es como golpear una pared, como discutir con mi madre, siempre pierdo. Era el último round, la última oportunidad y me deje caer, deje que ese golpe acabara conmigo para sentirme vivo antes de respirar otro segundo. ¿El rojo? Si, el rojo, todo se torno gris pero aun olía el color rojo. Ese amanecer puede demorarse otro rato, solo pido eso, solo necesito mi cómplice, solo necesito que la luna me sonría por última vez, las noches no son para dormir, este ciclo no está hecho para mí. Era de noche porque para pensar necesito el frio. Claro que lo sé, se que mientras duela no puedo seguir, pero sin embargo lo hago. ¿Y que si el frio consume mis últimos pasos? No me molesta saber que hay buenas intenciones en el frio que carga la lluvia. Y si no soporte es porque hay demasiado ruido blanco en las palabras y frases, porque aunque respirar me viene bien, vivir no puedo y morir…morir encaja en la fotografía.

domingo, 3 de abril de 2011

Tiempo

Tenía que ser una esperanza como esta la que me llevaría a la muerte. Tenía que ser en la noche solitaria, adentrado en las oscuridades del bosque que adora mi mente. Yo intente dormir y no despertar, imaginar un mundo más simple, uno que ni yo mismo pudiese complicar. En dos horas las sirenas deberían sonar, apagando la música lentamente. Su volumen se apaga un poco en mi cabeza, sus ojos parecen perderse de la diapositiva, parece que el momento puede llegar:
“sonríes como si nada pudiese tocarte, como los más profundos bloques de hielo que saben que no van a derretirse, los que juran ser eternos y por eso viven cada día con tranquilidad; así sonríes. Como si aquellos bloques diferenciaran entre el mal y el bien, en el fondo no lo hacen son solo bloques de hielo. Intocable sonríes, elevada por el tiempo y sus ridículas maneras de demostrar que le importamos. Sonríes así porque en algún momento fuiste mi pasado, solo no me di cuenta. No me sonríes directamente porque sabes que puedo determinar mi respiración con ciertos momentos, allí cambiaría drásticamente a vivir. Sonríes en veces impares, en noches de media luna, en películas con horrible argumento o tal vez en días grises como las cortinas que se calman en el fondo de mi cabeza”.

jueves, 31 de marzo de 2011

Maleza 2

“Tienes una fuga de agua grave en el sistema chico…es como ver el invierno llorar…eres un estúpido”… No había más que sus palabras en la habitación, la asustaron mis fantasmas, los miedos y los pequeños demonios que habitaban en la selva de cemento que ahora se construía en mi corazón. “Cayeron pedazos de tu selva en mi espacio esencial…no tienes nada especial” Solo por esta vez desearía que alguien me dijera que todo va a estar bien, malditos deseos, maldita música, maldita sea la puta presencia de una fantasma en la cabeza, malditas manos que no tienen la cura.

martes, 1 de marzo de 2011

relatos escasos 5

Invierno.

-“Necesito una respuesta ahora, la que sea, pero la necesito ahora”.
Nota: Con la lluvia, los destellos de sus ojos claros me permitían observar pequeños fragmentos de un paisaje nublado.
-“Solo tengo esta lluvia, este frio y estas palabras para alejarme”.

Aun invierno.

-“¿Aun sin dormir?” – “Si”.
Nota: No necesitas hacer una pequeña e incómoda conversación mientras caen los pequeños kamikazes que llamas lluvia.
Con el insomnio organice la estupidez en pequeños bloques, como cubitos de hielo.

viernes, 18 de febrero de 2011

Tungsteno

Las suaves notas golpeaban la orilla de mis recuerdos. Los primeros indicios, el contacto previo, la salida fácil y el momento indicado caían en forma de atardecer, solo hay uno por día y estoy agradecido por esto. Las 9:21 de la mañana me ubicaban en las 3:09 de una tarde, una madrugada o tal vez una noche, que me decía cínicamente que lo que pasaba era lo que más adelante me mataría por dentro. “No hay un lugar para mi, para ti” Solo rebotaba en mi cabeza esta canción, podrían pasar años y siempre estaría ahí.

La memoria fotográfica funciona cuando menos la necesito, cuando estoy lejos y mis pensamientos me llevan a su imagen en marco de madera tallada. Se ve tan hermosa como el anuncio de cerveza frente a mí, debo hacer la comparación porque ella es la razón para esta temprana tertulia acompañada por licor.

Nota: Los recuerdos están en tungsteno porque la hipotermia era compartida, las luces urbanas se veían azules y la neblina adornaba mi panorama.

martes, 15 de febrero de 2011

relatos escasos 4

Bajo el radar.

Dejé mis pocos recuerdos sanos en su maleta, en esa que también contenía mi pequeño corazón convertido en cenizas.
Nota: a 8 cuadros por segundo compartí la noción de no ser un ave fénix.
Acostado sentí las palabras quemándome.

Dormir.

¿Con que frecuencia mueres? –Cada noche, alrededor de unas 2 horas.
Nota: No consideré tener en cuenta las pesadillas porque son pedazos de mi realidad que prefiero pasar como el siguiente track.
Espero no alucinar recuerdos ausentes.

domingo, 13 de febrero de 2011

Sonrisa prestada

“sonríes como si nada pudiese tocarte, como los más profundos bloques de hielo que saben que no van a derretirse, los que juran ser eternos y por eso viven cada día con tranquilidad; así sonríes. Como si aquellos bloques diferenciaran entre el mal y el bien, en el fondo no lo hacen son solo bloques de hielo. Intocable sonríes, elevada por el tiempo y sus ridículas maneras de demostrar que le importamos. Sonríes así porque en algún momento fuiste mi pasado, solo no me di cuenta. No me sonríes directamente porque sabes que puedo determinar mi respiración con ciertos momentos, allí cambiaría drásticamente a vivir. Sonríes en veces impares, en noches de media luna, en películas con horrible argumento o tal vez en días grises como las cortinas que se calman en el fondo de mi cabeza”.

martes, 8 de febrero de 2011

relatos escasos 3

Represión.

Y fue así como me trague todo lo que sentía, porque era más fácil llorar en un silencio propio que en una mujer prestada.

Nota: 8 a.m. para una cerveza, aquí devolví el tiempo.

La serenidad la obtuve de un paquete de cigarrillos y dos cervezas, estos ayudan a que el peso del alma se aliviane.

Carretera destapada.

En los inmundos paisajes que me rodeaban encontré formas singulares que recordaban tu sonrisa.

Nota: Estuve cansado y las piernas decidieron ceder ante la presión de la botella.

Muerto en la carretera a 150km.

lunes, 31 de enero de 2011

relatos escasos 2

Circo sin Payaso.

Jure jamás mostrar lo que había detrás del telón porque allí estaba la magia.

Nota: La magia era un simple tipo con una caja de música que repetía la misma canción mientras escribía cartas que a nadie importaban.

A nadie más importaban.

Pandilla de gatos.

Juraba no irse con esos ladrones de tejados, camuflados en la oscura noche de un abril sin estrellas.

Nota: solo pensé en ver su reflejo mientras se llevaban a su gata.

Odio los gatos por ser traidores, por aparecer en silencio y por ser tan rapaces como un corazón sin estrellas.

viernes, 14 de enero de 2011

relatos escasos 1

Frágil a mí silencio.

Podíamos caminar por horas sin decirnos una sola palabra.

Nota: esto lo escribí porque el titulo me pareció más atractivo que la misma historia. Por eso se llaman relatos escasos.

Imaginaste un silencio más cómodo, menos preciso, más rotundo pero igual de doloroso.


Obtuso.

No había necesidad de cerrar los ojos porque tercamente juré que la luz estaba encendida.

Nota: los pedazos de mi vida que murieron en la oscuridad provocada surgieron en el apagón.


Me entristece saber que la oscuridad no es cómplice para dejar atrás los demonios de un pasado extenuante.